martes, 31 de enero de 2012

decimocuarto - derribar al padre



los muros viejos no
resisten a los vientos
ni al salitre del mar
ni a la ciega
persistencia de la lluvia
ni al azote del sol
ni al polvo
de los años
ni a la niebla
ni a la hiedra obstinada
que corroe
la argamasa y la piedra
los muros viejos no
resisten la peor
enfermedad
el mal de la vejez